Descripción enviada por el equipo del proyecto. La ruta del peregrino es un fenómeno religioso centrado e impulsado por la adoración a la virgen de Talpa, de 117 kilómetros. Aproximadamente dos millones de personas de diferentes estados de México participan cada año en ese fenómeno religioso, para caminar a través de la sierra de Jalisco, comenzando en la ciudad de Ameca, ascendiendo al Cerro del Obispo a una altura de 2000 metros sobre el mar, cruzando la cumbre del Espinazo del Diablo para descender a su destino final en el pueblo Talpa de Allende para encontrarse con la Virgen de Talpa como un acto de devoción, fe y gratitud.
Este viaje religioso realizado desde el siglo 17, siendo para los peregrinos, este acto de fé, una penitencia, ya que las condiciones de la ruta son duras. Este sacrificio realizado con austeridad es parte esencial de la promesa u oferta que se convierte en un ritual de purificación.
Este proyecto tiene como objetivo proporcionar la ruta histórica religiosa con las mejores condiciones posibles para los peregrinos, y maximizar el beneficio social y económico de la zona, aprovechando este evento masivo. Basado en una visión sistemática, el proyecto se convierte en una oportunidad sustentable con diferentes capas de significado.
Como nos centramos en el conjunto, el plan maestro se compone de un corredor ecológico con infraestructura y piezas arquitectónicas icónicas que se suman a los rituales religiosos y que tienen como objetivo atraer a un público más amplio y permitir que la ruta tenga un flujo de visitantes con objetivos más allá de lo religioso.
La atención se centra en la narración icónica dada a la Ruta, con 7 piezas que se relacionan fuertemente al paisaje extraordinario y al ritual religioso, convirtiéndose en hitos imaginarios de un fenómeno profundo. Cada hito por un diseñador diferente, un grupo de diálogos individuales con lugares específicos e intensiones que se suman para entregar una historia única.
El mirador Espinazo del diablo, se diseñó para ser un lazo adicional dentro de la ruta. Su forma redonde se desarrolló como una anticipación formal de l movimiento de la gente a través de la plataforma, subiendo para disfrutal de la gran panorámica a los campos de alrededor.
Las aperturas del arco asimétrico facilitan el acceso al abierto “hall” , cubierto por la plataforma. Las paredes interiores son una repetición desplazada de la fachada principal en cuatro círculos tangentes entre las cuales las dos escaleras definen la ruta ascendente hasta la plataforma y viceversa.
La única excepción a la forma curvada es un muro de ladrillos con una abertura en forma de cruz en la parte más protegida de la edificación, sirviendo como una sala íntima para el descanso y la oración.
